Me desperté entre lágrimas y sudor frío, desorientada y gritando. Me costó unos segundos asimilar que todo fue mentira. Agradecí al cielo que lo que soñé no fue real. Soñé que volvía contigo, te veía y te sonreía. Te abrazaba y volvías a ser mío. Pero después, aparecía alguien y te quitaba de mi lado... Te veía besarla y sonreír, como lo hacías cuando estabas conmigo. No puedo describir el dolor que sentía por dentro... Se me rompía el corazón en mil pedazos que se esparcían por todo el suelo... Y luego... tú te girabas y me veías; la expresión de felicidad se borraba de tu rostro y tus ojos destilaban angustia. No sabías qué hacer. La verdad es que no sabía qué decirte. Quería correr hacia ti y besarte y rogarte que vuelvas conmigo... Pero al mismo tiempo me embargaba una rabia enorme, unas ganas de decírtelo todo, y pegarte... quería hacerte daño. Después te desvaneciste en medio de la nada... debió ser entonces cuando desperté.
No creo que la decisión que tomamos fue la equivocada... Nos haríamos daño de todas las maneras, supongo que fue lo mejor que pudimos hacer... Pero aún así no puedo evitar sentir dolor, una punzada de miedo al saber que todas estas cosas están pasando... todas estas cosas que pensé que no me pasarían a mi.