martes, 11 de mayo de 2010

Crecer...

Cierro los ojos y creo aún verte haciendo castillos de arena en la playa, con aquel bañador de rayas rojo y blanco que tanto te gustaba. Te decía que parecías uno de esos caramelos de navidad, y tú te hacías la enfadada... pero no te duraba nada, unos minutos después ya estabas pidiéndome que te comprase un helado al hombre que pasaba con el carrito... Chocolate relleno de jarabe de cereza... ése era tu favorito. ¿Ves como lo recuerdo?
Los años fueron pasando traicioneros... parecían transcurrir lentos pero en un abrir y cerrar de ojos ya habías crecido, y ya no eras una niñita... Recuerdo como fruncías el ceño y la nariz cuando te llamaba niña... 'yo ya soy una señorita', me decías... pequeña ñarra de 10 años...
Y poco a poco fuiste jugando menos con tu cocinita de juguete, tus peluches se fueron llenando de polvo y más y más te pasabas horas al teléfono. Me acuerdo como te reñían tus padres por quedarte hablando hasta altas horas de la noche... y la cuenta!
¿Y luego? Luego empezaron los chicos... las sonrisas, cuando llegabas flotando en una nube, que no creías en nada... y después los corazones rotos, los llantos, los portazos...
Fuiste cambiando el rotulador por el lápiz de labio, y las muñecas por los tacones... que si el móvil, que si la fiesta, que si el novio y la amiga...
Me ha gustado verte crecer... y sé que aún te queda más camino por recorrer. Y debo admitir que será el mejor entretenimiento que he tenido nunca. Una obra en la cual el público puede formar parte...
Aún recuerdo aquel día en que te sorprendí abrazada a tu peluche favorito, contemplando tus cuentos de cuando eras apenas un retoño y con los ojos vidriosos. Sé que echas de menos ser pequeña... pero no te preocupes; jamás perderás dejarás de ser niña, no en el fondo. De eso puedes estar segura.
Durante el día me van viniendo una serie de recuerdos. Todo tipo de recuerdos. Más antiguos, más recientes... Recuerdos diferentes, en diferentes lugares, a diferentes horas, pero todos tienen algo en común: TÚ. Recuerdo pequeños fragmentos de una mañana, de tu sonrisa perezosa, de tu olor en pura esencia. Recuerdos de cómo empezó todo... A veces me pongo a imaginar cómo me veías antes de enamorarte de mí. Me imagino lo que pensabas, lo que sentías al verme por las mañanas, o cuando te miraba sin decir nada... Y luego pienso en lo mucho que me gusta sentirme así, en lo que me encanta tenerte cada día a mi lado, sentir algo tan fuerte...
Al parecer ahora todos, o casi todos, mis pensamientos están ligados a ti. Tienen siempre un matiz, donde aparecen tus ojos o tu sonrisa, siempre haciéndome sentir algo nuevo.
... Y en este momento que no te tengo, te extraño. Pero no me siento triste; no te extraño melancólicamente, como se extraña a un recuerdo que no volverá, ni te extraño desesperanzadamente, como se extraña a alguien que falleció, o a un viejo amor que jamás será. No. Te extraño como se extraña a lo cotidiano, pero deseado, te extraño como se extraña a la otra mitad. Y sé, sin embargo, que aún nos quedan un sinfín de días juntos.