domingo, 13 de septiembre de 2009

Carta a un adiós que jamás se dio.
(pero que debió, debe y deberá darse)

23.11.08

Sé que me pediste que salga de tu vida, y te juro que lo haré. Te prometo que ésta es la última vez que sabrás algo de mi. Puede que sea de lo más egoísta e inmaduro de mi parte, y sí, es verdad, lo soy. Soy una egoísta y una inmadura que sólo pienso en mi, pero eso no quiere decir que jamás haya pensado en ti, como tampoco quiere decir que no me importes. Todo lo contrario; me importas demasiado. Que me creas o no, eso ya es cuestión tuya, yo no te puedo obligar. Y justo por eso, porque me importas, salgo de tu vida. Porque sé que ya te he hecho suficiente daño. Sé que no he sido justa contigo y no quiero seguir así. Todos nos merecemos nuestra ración de felicidad y queda claro que la tuya nunca estuvo junto a mi.

Me voy, porque sé que ser mi amigo nada más te quita más de lo que te da, y sin duda, eso es algo que NO QUIERO. Me voy, porque he dejado de pensar en mi. Porque te quiero y por lo tanto, quiero lo mejor para ti, y es obvio que yo nunca lo fui (y te lo dije). Me voy para que me recuerdes.
Me voy, pero no sin antes decirte que te quiero, que siempre te tuve, te tengo y te tendré cariño, que junto a ti pasé muchos buenos momentos, que me marcaste y que todo te lo agradezco. Me gustaría haber podido darte todo lo que tú me diste, pero sé que no es así, no intento engañarme.

No me quiero ir, es verdad, pero sé que debo hacerlo, por el bien de los dos. Y sólo lo hago porque me lo pediste tú, porque sola no soy lo suficientemente fuerte para hacer lo correcto. Lo siento, mi egoísmo otra vez... Jamás tendré esa fuerza que tienes tú.

Sé que no tengo cara, o mejor dicho, tengo una cara de palo por hacer lo que haré a continuación; te quiero pedir que después de irme de tu vida, recuerdes sólo los buenos momentos que compartimos.
No recuerdes las peleas o las palabras que suelen decirse sin pensar, con tal de herir más de lo que has sido herido.
Sólo quédate con lo bueno. Borra lo demás. Recuerda las risas, las tonterías, todas esas cosas que por un tiempo nos hicieron sonreír.
Sólo eso te pido. Por favor, tenme cono un buen recuerdo en tu vida, que te aseguro que tú estarás entre los mejores de la mía.

Espero que me perdones algún día por la falta de consideración que tuve... y también espero que me creas cuando te digo que JAMÁS lo hice con intenciones de hacerte daño.
Que si alguna vez lloré por ti, es hoy. Porque sé que me lo merezco, y que por una vez, lo acepto. Haciendo trampa, pero lo acepto.

Que sepas que siempre estaré aquí, siempre velaré por ti. Y cuando sea que quieras volver a saber de mi, siempre estaré ahí para ti. SIEMPRE.

Adiós, feo.

1 comentario:

Mari Cruz dijo...

Olaa! acabo de empezar hace poco por estos mundos de los blogs...me gustaria seguir tu blog pero no me sale por ningun lado la opcion...aun asi me encanta tu blog y me pasaré mas veces Ok? =)