lunes, 20 de abril de 2009

un mes a tu lado.


No soy una princesa de esas de cristal
 que exhiben en las vitrinas o que viven en los castillos. No estoy hecha de porcelana, ni tampoco me rompo con facilidad. No vivo tan solo del aire, ni tampoco quiero un príncipe que me venga a rescatar. No quiero promesas de amor eterno, ni tampoco besos de desencanto. Quiero algo real, algo tangible. Algo que se me escape entre los dedos. Algo que me haga sentir cada día más viva que el anterior. Algo por lo que valga la pena seguir.
No prometo sonreír todos los días, ni ser siempre buena. No prometo tener el mejor humor, ni tampoco las mejores ganas. No prometo tratarte siempre como te lo mereces (es decir, bien) porque yo también tengo mis momentos de debilidad. No prometo dártelo todo a cambio de nada, ni tampoco te prometo un cuento de hadas.
Lo que sí te prometo es quererte. Prometo dar lo mejor de mi con tal de que tú seas feliz. Prometo que si nos peleamos, haré que haya valido la pena, ya que siempre viene una mejor reconciliación. Prometo darte besos sinceros y abrazos desde el corazón.
Soy impaciente, loca, tengo cambios de ánimo muy repentinos y suelo encapricharme con lo que quiero. Necesito amor y cuidado, pero también me gusta tener mi espacio, no sentirme asfixiada ni atosigada. Necesito mimar, al igual que me mimen, necesito una inyección de celos de vez en cuando, una negación, algo que mantenga vivo el sentimiento. No me gusta la monotonía y 
soy enemiga de la rutina. Tengo muchos secretos, los cuales no pienso compartir, pero eso simplemente forma parte de mi.
También tengo muchos defectos, pero mi más grande virtud es quererte. Te lo aseguro.
Ahora ya sabes quién soy. ¿Me sigues queriendo? ¿Te arriesgas a darle una oportunidad a este sentimiento que consideramos 'nuestro'?

Gracias.


Quisiera poder poner en palabras aquel sentimiento que me embriaga cada vez que tus brazos me rodean, o cada vez que tus labios rozan los míos, cada vez que me miras y no dices nada, cada vez que me susurras algo al oído.
Me gustaría mostrarte lo grande que es este sentimiento. Pero no puedo de manera exacta. No puedo medirlo, ni pesarlo, ni cogerlo, ni verlo, pero sin embargo; puedo sentirlo.
Te quiero tanto que las estrellas no bastan para pensarte. Lo único que quiero es estar entre tus brazos, y cuando lo estoy, simplemente no deseo nada más. Desde aquí puedo ver brillar la luz del sol. Has abierto una puerta en mi horizonte, encendiendo una luz, has avivado una esperanza. Me has dado alas y me has dejado volar, pero siempre a mi lado. 
No quiero que esto cambie. No sé cómo expresar esto que siento, pero simplemente me gusta sentirlo. Me encanta el cosquilleo cada vez que te miro, o simplemente las ganas de abrazarte, decirte algo sin sentido y salir corriendo.
Me fascina la manera en la que me miras, la manera en la que me entiendes.
Me fascina todo de ti. No hay nada que cambiaría, porque hasta tus defectos te quedan absolutamente genial. 
No quiero un hombre ideal, un hombre perfecto, 
no quiero un principito azul o un muñeco de cartón; quiero un hombre en carne y hueso que cometa errores y que aprenda de ellos.
No quiero nada más; 
te quiero a ti.
Por ti lo doy todo, pero jamás es suficiente, no porque tú me lo pidas, sino porque no existen fronteras a la hora de quererte.




[160309]

No hay comentarios: